Al principio, me sentí atraído por el inglés debido a mi fascinación por el lado analítico de criticar literatura e interpretar poesía, lo cual encontraba sumamente interesante. Actualmente, trabajo en una empresa que utiliza inteligencia artificial para análisis predictivos en el sector de seguros. Mis responsabilidades incluyen capacitar a procesadores para extraer datos, que luego se organizan en plantillas y bases de datos. Además, trabajo en ingeniería de prompts, obteniendo ideas a partir de extensos registros médicos y declaraciones de abogados. Este rol marcó mi transición de estudiar inglés a ingresar en el campo de la tecnología. Durante mi tercer año universitario, me di cuenta de que dedicar otros diez años más a la educación para la escuela de medicina no era mi camino. Esto me llevó a explorar carreras alternativas, en las que descubrí la importancia de la ciencia de datos, el aprendizaje automático y la inteligencia artificial. La ciencia de datos resonó en mí porque se parecia a mi experiencia en literatura inglesa—establecer conexiones entre datos y evaluar sus relaciones e impactos. Estudié de forma autodidacta en plataformas como Coursera y Udemy, completando numerosos cursos para aprender programación y profundizar mi comprensión de la IA y el aprendizaje automático. Con la aparición de ChatGPT, experimenté ampliamente con él, perfeccionando aún más mis habilidades en ingeniería de prompts.

Buscando mentoría, hablé con una supervisora senior de contratación en IA en Tesla. Siguiendo su consejo, empecé a estudiar en MIT OpenCourseWare, viendo muchas conferencias, completando tareas y haciendo cuestionarios de práctica. Para conseguir un empleo, apliqué ampliamente y contacté activamente a gerentes y directores de contratación. Mi primer puesto en el campo de la IA llegó después de una conversación con el CEO de una startup que me ofreció un puesto tras una entrevista. De manera similar, conseguí mi puesto actual contactando a otro CEO de startup; nuestra breve entrevista llevó a una pasantía que eventualmente se convirtió en un empleo a tiempo completo. Al principio, tenía cierto temor de incursionar en la tecnología, preocupado por la curva de aprendizaje antes de conseguir un trabajo. Sin embargo, gracias a la orientación de mi padre—que trabaja en tecnología—comprendí que no necesariamente se requiere una formación académica extensa para dominar los fundamentos y entrar en la industria. No me arrepiento de haber estudiado literatura inglesa, a pesar de algunas dudas en el camino. Uno de los mayores beneficios de estudiar inglés ha sido desarrollar la capacidad de considerar múltiples perspectivas, una habilidad que ha sido invaluable en IA y ciencia de datos, donde explorar diferentes ángulos es fundamental. He notado que esta mentalidad es menos común en los campos STEM, que a menudo se centran en una única respuesta correcta. Para quienes piensan en hacer un cambio similar, creo que es vital identificar los elementos de tu formación en humanidades que realmente disfrutas y encontrar formas de aplicar esas habilidades más allá del campo. Este enfoque demuestra creatividad ante los empleadores y resalta tu capacidad de transferir conocimientos entre áreas, aumentando tu valor en el mercado laboral.