Este ensayo contado en primera persona se basa en una conversación con Antoine Wade, un profesional de ventas en tecnología con sede en San Antonio. Business Insider ha verificado su identidad y empleo. El contenido a continuación ha sido editado para mayor claridad y brevedad. Empecé a usar la inteligencia artificial alrededor de 2022, cuando salió ChatGPT por primera vez. Era diferente a cualquier tecnología que había encontrado antes, y rápidamente comencé a aplicarla tanto en mi vida personal como en la profesional. Al principio, me ayudaba a redactar correos electrónicos. Dado que trabajo en ventas tecnológicas, el contacto en frío es una parte importante de mi función. Mi trabajo requiere crear mensajes que conecten con diferentes líderes, y ChatGPT facilitó eso. Tras incorporar la IA en mi rutina laboral, me di cuenta de que podía ser útil más allá de eso. Como entrenador deportivo y padre, la usaba para tareas como enviar actualizaciones después de los entrenamientos a los padres, crear horarios o compilar estadísticas de los partidos. Cosas que antes me llevaban días ahora las hacía en minutos. Hoy, utilizo la IA a diario y experimento con distintas herramientas. Para la comunicación empresarial y creación de contenido, confío en Claude. Para investigaciones profundas, uso Perplexity.

Gemini me ayuda a generar imágenes. Estas herramientas cubren diversas necesidades personales, profesionales y educativas: incluso he aprendido a instalar un aire acondicionado y a ayudar a mi hijo con matemáticas de sexto grado. Mi empresa también me ha brindado acceso a potentes herramientas de ventas. Me permiten obtener rápidamente información sobre los clientes. Por ejemplo, Salesforce Sales Navigator puede identificar a la persona exacta que probablemente esté interesada en mi producto. Cuando me comunico con ella, la conversación es mucho más productiva que una llamada en frío al azar. La IA no ha cerrado ventas por sí sola—eso depende de construir relaciones—pero sí ha incrementado mi cartera ayudándome a contactar a más posibles clientes con mejor información y mensajes. Al entender mejor a los clientes, comunico de manera más efectiva, fortalezco mi pipeline y, en última instancia, genero más ingresos. Soy reacio a compartir todos mis “secretos” sobre la IA. Aunque muchas personas tienen acceso a las mismas herramientas, el éxito depende de cómo los usuarios integran los datos y crean las indicaciones o prompts. He probado muchas herramientas de automatización y he desarrollado una especie de “salsa secreta”. Si creo prompts que producen mejores mensajes y resultados, puede que decida no compartirlo ampliamente. Quiero ver si eso me da una ventaja competitiva. Todos tenemos la misma cantidad de tiempo para aprender esto. Si estoy invirtiendo más en dominar la ingeniería de prompts y el uso de la IA, no tengo muchas ganas de compartir todos esos conocimientos con todos. Actualmente, todos competimos. Estoy dispuesto a ayudar si alguien pregunta, pero soy selectivo respecto a cuánto comparto. Algunas de esas enseñanzas solo las comparto con amigos cercanos o con personas de quienes también puedo aprender, no con todo el mundo. Las ventas son muy competitivas, y aunque muchas empresas hablan abiertamente sobre IA, algunos individuos dudan en compartir cómo la utilizan, porque podría ser su ventaja. Cuando me preguntan si uso IA, digo “sí, absolutamente. ” Pero solo participo en conversaciones más profundas sobre IA con un grupo limitado de personas.