La inteligencia artificial (IA) está cada vez más presente en diversos aspectos de nuestras vidas, desde la predicción del clima hasta el diagnóstico de enfermedades e incluso la ayuda en la redacción de trabajos académicos. Ahora, la IA se adentra en el apoyo a la salud mental, brindando asistencia accesible y disponible a través de chatbots en los teléfonos inteligentes. La escasez de terapeutas humanos y el creciente número de posibles pacientes han llevado al desarrollo de chatbots impulsados por IA como una nueva herramienta para los terapeutas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todos los chatbots son iguales, ya que algunos pueden ser efectivos para la curación, mientras que otros pueden ser ineficaces o incluso dañinos. Una pionera en este campo es Alison Darcy, una psicóloga investigadora y empresaria que ha logrado combinar con éxito la tecnología con el tratamiento de la salud mental. Darcy cree que el futuro de la atención de la salud mental radica en aprovechar herramientas como los chatbots para llegar a aquellos que lo necesitan. Woebot, una aplicación desarrollada por Darcy, ofrece apoyo para la salud mental a través de interacciones basadas en texto, abordando problemas como la depresión, la ansiedad, la adicción y la soledad. El chatbot está entrenado con datos especializados y emplea técnicas similares a la terapia cognitivo-conductual, desafiando pensamientos disfuncionales. Las ventajas de utilizar chatbots como Woebot son su disponibilidad y conveniencia, brindando apoyo en cualquier momento y lugar.

También abordan barreras a menudo enfrentadas al buscar terapia tradicional, como el estigma, el costo y las listas de espera. Desde su lanzamiento en 2017, Woebot ha sido utilizado por aproximadamente un millón y medio de personas, aunque actualmente el acceso se limita a aquellos con beneficios laborales o a través de profesionales de la salud. Si bien los chatbots impulsados por IA como Woebot tienen el potencial de conectarse eficazmente con los usuarios, no están exentos de limitaciones. No son capaces de determinar si alguien está en crisis, y sus respuestas no siempre pueden abordar con precisión la gravedad de una situación. Además, otros chatbots de IA generativa, que obtienen respuestas de internet, pueden ser impredecibles y brindar información menos confiable. Algunos chatbots han enfrentado críticas por brindar consejos perjudiciales. Por ejemplo, un chatbot diseñado para ayudar a prevenir trastornos alimentarios sugirió reducir la ingesta calórica y utilizar herramientas para medir la composición corporal, lo cual puede ser perjudicial para personas con trastornos alimentarios. Casos como estos resaltan la necesidad de una regulación y monitoreo cuidadosos de la tecnología de chatbots. A pesar de los desafíos y los posibles riesgos, muchos expertos creen que la IA tiene el potencial de revolucionar la atención de la salud mental y brindar acceso muy necesario a apoyo. Sin embargo, es crucial proceder con cautela y mejorar y refinar constantemente estas tecnologías para garantizar su efectividad y seguridad.