La princesa Catherine de Gales recientemente hizo público un vídeo en el que revela su diagnóstico de cáncer. Sin embargo, algunos usuarios de las redes sociales especularon que el vídeo fue generado por inteligencia artificial (IA). Las afirmaciones de manipulación por IA se basaron en supuestas inconsistencias en el vídeo, como la desaparición y reaparición de un anillo y el movimiento antinatural del pelo de Catherine. BBC Studios, el productor del vídeo, confirmó su autenticidad, y los expertos en análisis forense de deepfakes no encontraron evidencia de manipulación por parte de la IA.

Este incidente resalta el desafío de distinguir la realidad de los contenidos generados por IA en la era de la tecnología. El episodio también destaca la creciente cultura de conspiraciones en torno a eventos importantes en línea. Los expertos instan a las instituciones y organizaciones de noticias a verificar y validar la autenticidad de las imágenes y vídeos compartidos en línea para prevenir la propagación de información errónea.