En una publicación reciente, Stuart Blitz de Hone Health destacó el problema del agotamiento de los médicos en el sistema de atención médica de Estados Unidos, atribuyéndolo al exceso de registro y la falta de tiempo suficiente con los pacientes. Esto resuena en muchos profesionales de la salud, incluyéndome a mí mismo, ya que documentar información extensa resta tiempo para el cuidado del paciente. Sin embargo, los avances en inteligencia artificial (IA) están revolucionando la documentación clínica y ofreciendo posibles soluciones. Herramientas basadas en IA, como Nuance, Abridge, Ambience, ScribeAmerica, 3M y DeepScribe, utilizan inteligencia clínica ambiental (ACI, por sus siglas en inglés) para automatizar el proceso de documentación. ACI emplea sensores para capturar las conversaciones con los pacientes y procesa los datos en tiempo real o casi en tiempo real.

Algoritmos avanzados de procesamiento de lenguaje natural (NLP, por sus siglas en inglés) transciben e interpretan las conversaciones, mientras que técnicas de aprendizaje profundo mejoran la precisión. Estos sistemas de IA pueden integrarse de manera fluida con los registros de salud electrónicos (EHR, por sus siglas en inglés), reduciendo la entrada manual y permitiendo la personalización. El uso de IA en la documentación ofrece varios beneficios, incluyendo la reducción del agotamiento de los médicos, la mejora del cuidado del paciente, la garantía de la precisión de los datos y la atención a la necesidad de prácticas de atención médica más eficientes. Se deben tener en cuenta consideraciones éticas y de privacidad para proteger la confidencialidad del paciente. Implementar la documentación clínica basada en IA a gran escala puede mejorar significativamente la eficiencia en la atención médica y dar prioridad al cuidado centrado en el paciente.