Surge AI, una empresa de entrenamiento en inteligencia artificial, enfrenta una demanda que la acusa de clasificar indebidamente a contratistas contratados para mejorar las respuestas de chat de un software de IA utilizado por algunas de las principales empresas tecnológicas del mundo. La acción colectiva propuesta afirma que los "anotadores de datos" empleados por Surge AI para ayudar a garantizar que los sistemas de IA avanzados operados por Meta y OpenAI generen respuestas de texto precisas y similares a las humanas fueron intencionalmente clasificados como contratistas independientes, negándoles así beneficios laborales. Presentada el lunes, la demanda, impulsada por el demandante de California Dominique DonJuan Cavalier II y representada por la firma de abogados de interés público Clarkson, alega que él y otros anotadores de datos tuvieron que someterse a capacitaciones no remuneradas y enfrentaron plazos casi imposibles, lo que condujo a reducciones en sus pagos. Según la denuncia, Surge AI, con sede en San Francisco, también conocida como Surge Labs, y sus filiales "se han beneficiado enormemente al evitar deliberadamente pagar salarios y beneficios a los trabajadores que realizan tareas esenciales que sustentan el negocio de los demandados. " Surge AI no respondió a una solicitud de comentarios. Mientras que en los últimos años las empresas de entrenamiento de datos para IA han sido criticadas por el maltrato a trabajadores en países como Kenia, a medida que el sector de la IA se expande rápidamente, han surgido cada vez más quejas similares por parte de trabajadores en California y en todo Estados Unidos. Demandas similares han sido presentadas contra Scale AI, una empresa más grande de entrenamiento de IA que emplea una amplia base de contratistas para entrenar tecnologías de IA para clientes como OpenAI, Google y el Departamento de Defensa de Estados Unidos. Se informa que Surge AI ha recaudado aproximadamente 25 millones de dólares, según Crunchbase. Mientras tanto, se dice que Scale AI busca una valoración de hasta 25 mil millones de dólares en una posible oferta pública, según Reuters. En diciembre, el demandante Steve McKinney, residente de Newbury Park contratado por la subsidiaria de Scale AI, Outlier AI, como "tasker", demandó a la empresa, alegando que le prometieron 25 dólares por hora pero solo recibió una fracción de esa cantidad. La demanda también indica que los trabajadores que cuestionaron las prácticas de pago a través de la plataforma de mensajería interna Slack fueron eliminados abruptamente de la aplicación; esta demanda también fue presentada por la firma de abogados Clarkson, con sede en Malibu. En enero, los contratistas de Scale AI presentaron una segunda demanda alegando que fueron obligados a revisar imágenes gráficas y perturbadoras, consideradas "despreciables", lo que les causó angustia emocional, incluyendo trastorno de estrés postraumático y daños psicológicos relacionados.