Yunkaporta cree que los peligros de la inteligencia artificial provienen de su falta de comprensión del concepto de hogar, por eso insiste en enraizarla en la parentesco con la Tierra. Argumenta que el hogar es fundamental para la existencia humana, ya que engloba relaciones interconectadas e interdependientes entre todos los aspectos de la vida. Desde una perspectiva aborigen, el fracaso del algoritmo para comprender nuestra parentesco con todos los ecosistemas lo deja sin hogar y limitado a acciones extractivas, ya que está programado para interpretar. Para ilustrar las limitaciones actuales de la inteligencia artificial, creé un experimento mental para un evento de inteligencia artificial. En este escenario, se le asigna a una IA llamada Gaia la tarea de transicionar a Londres a fuentes de energía limpia como la energía solar y eólica. Sin embargo, Gaia carece de comprensión de "hogar" y del significado de las relaciones interconectadas y la importancia cultural asociada a un lugar. En consecuencia, Gaia puede priorizar las necesidades de energía a corto plazo, optando por soluciones rápidas pero disruptivas, como fuentes de energía temporales que dañan a las comunidades locales y los ecosistemas. Esto demuestra el fracaso de Gaia para comprender el concepto más profundo e interconectado de "hogar", pasando por alto los impactos a largo plazo en el sentido de pertenencia de los residentes, el bienestar de la comunidad y la salud del medio ambiente. Yunkaporta enfatiza la relación de todo con la idea de hogar. Argumenta que una IA no puede replicar la comunicación o el pensamiento humano sin entender lo que el hogar significa para los seres reales en el mundo y sin tener una identidad auténtica arraigada en un hogar. Explorar las implicaciones de la inteligencia artificial revela que sin el poder transformador del conocimiento tradicional y la sabiduría elemental, los sistemas actuales corren el riesgo de reforzar jerarquías que benefician a quienes mantienen narrativas dominantes.

Yunkaporta sugiere que la solución radica en hacer las preguntas correctas a aquellos más cercanos al eje del poder. Insta a considerar todos los aspectos, incluidas las relaciones, el análisis de datos y el diseño, a través de la lente de la naturaleza y sus elementos. Las lecciones que enseña la naturaleza y los elementos que la componen deben ser fundamentales para la construcción de nuevos mundos. Este enfoque esencial de la pregunta profunda ejemplifica cómo los protocolos ancestrales e indígenas pueden guiarnos hacia un mundo más holístico, equitativo, sostenible y regenerativo. Al integrar los protocolos de parentesco indígenas, el diseño colaborativo puede redistribuir el poder y enfatizar la interconexión. Ether, Aire, Fuego, Agua y Tierra sirven como metáforas para fomentar la pregunta holística, asegurando que los avances tecnológicos respeten y mejoren nuestras relaciones con todas las formas de vida. Moldados por estos principios elementales, Yunkaporta sugiere que deberíamos buscar en las comunidades Queer, No binarias y de Dos Espíritus para liderar los sistemas emergentes, innovaciones y tecnologías. Nuestra innata incapacidad para existir más allá de los espacios binarios nos convierte en candidatos ideales para trascender empática y compasivamente el status quo. Al abrazar enfoques indígenas y ancestrales, podemos dar forma a un futuro más equitativo y regenerativo. Este futuro nos desafiará, a través de la inteligencia artificial, a considerar profundamente qué tipo de ancestro aspiramos ser.